El pasado 14 de marzo la audiencia de FINNOSUMMIT Bogotá tuvo la oportunidad de atender un panel sobre las nuevas tecnologías Fintech que están transformando la industria financiera. En él participaron Irving Wladawsky-Berger, profesor asociado del MIT y asesor de diferentes empresas; Jared Miller, CEO de Entrepreneurial Finance Lab; y Andrés Villaquirán, Founder y Managing Partner de Alkanza.
El panel fue moderado por Fermín Bueno, Managing Partner de Finnovista, quien abrió el debate destacando cómo la tecnología abre las puertas a la reinvención digital en la industria financiera, creando grandes oportunidades para crear nuevos modelos de negocio. En el caso de Latinoamérica, según una encuesta de We Are Social, tres de los cinco países con mayor involucración en Redes Sociales se encuentran en Latinoamérica, lo que supone una gran oportunidad para los servicios financieros. Aun así, todavía existen muchas barreras que frenan el desarrollo tecnológico de las finanzas tal y como pudimos descubrir en el panel.
Según Jared Miller, Latinoamérica se enfrenta a dos obstáculos principales. Por un lado, la región se encuentra en una fase de convergencia entre el acceso a Internet y los smartphones, y esto supone que aunque haya mucha tecnología en la región, no significa que necesariamente haya conexión con los servicios financieros. Por otro lado, aunque el 90% de la información del mundo se ha creado en los últimos 2 años, según un estudio de IBM, las instituciones financieras todavía se enfrentan al desafío de analizar y comprender esta información para tomar decisiones. En relación a las barreras a las que se enfrentan las startups, hoy en día estas no tienen que ver con la tecnología sino con la colaboración con las entidades financieras, pues sigue siendo un gran interrogante.
Enlazado con esta última cuestión, Andrés Villaquirán ofreció su visión como emprendedor destacando que una de las principales barreras que encuentran las startups es que en muchas ocasiones las instituciones financieras no están abiertas a compartir el acceso a información de sus clientes. Por su parte, Irving Wladawsky-Berger añadió que hoy en día contamos con la mayor cantidad de tecnología disponible y, por tanto, la principal innovación no pasa por la tecnología sino por los nuevos modelos de negocio disruptivos que se creen a partir de ella, tal y como han hecho grandes empresas como Google o Amazon.
Frente a todos estos obstáculos que frenan la innovación en los servicios financieros, los ponentes debatieron acerca de las tecnologías esenciales para transformar el sector y lograr mayores innovaciones. Según Andrés, hoy en día las startups deben crear productos innovadores a través de la Inteligencia Artificial y machine learning en las finanzas para tomar decisiones y hacer recomendaciones personalizadas, como ocurre con los robo-advisors en la gestión de activos. Sin embargo, tanto Jared como Irving apuntaron que es esencial entender el porqué de estas decisiones para asegurar la confianza del consumidor.
Por otro lado, para que estas tecnologías permitan avanzar e innovar de manera horizontal en todo el sector financiero, es necesario que todos los actores involucrados se adapten a ellas. Irving destacó que las grandes compañías tienen un legacy muy grande de infraestructuras, tecnología, etc. y, aunque esto sea un activo muy valioso, también supone un obstáculo cuando quieren avanzar en innovación hacia el futuro, pues no pueden obviarlas y arriesgarse a perder a sus clientes. Ante esta situación, las grandes compañías deben aprender a cómo combinar su legacy con estas nuevas innovaciones de las startups revolucionarias que buscan un orden nuevo, pues de otra manera, se quedarán atrás.
Hoy en día es difícil pronosticar qué tecnologías Fintech serán las que realmente transformen la industria financiera en un corto plazo. Los expertos apostaron por el deep learning en lo relacionado con la asignación de capitales, el wireless internet o la capacidad de analizar de manera eficiente la cantidad masiva de datos de los que disponemos. Lo que sí es una evidencia es que la disrupción de los servicios ya ha llegado y es una realidad, pero la revolución total y el cambio de paradigma dependerá de la capacidad humana para adaptarse y gestionarlos de manera eficiente.