Myriam Cosío, un pilar en la historia Fintech en México
Por Sebastián Estrada, reportero en El Economista
Myriam Cosío Robles, Chief External Affairs Officer at Clip
La historia del sector fintech en México puede rastrearse e identificarse con las primeras empresas y personas que lideraron parte de la ola de las tecnológicas financieras, Myriam Cosío Robles forma parte de la construcción de esa historia y por ello estará en la edición del 2023 de FINNOSUMMIT.
Su trayectoria inició en la banca, dentro de la firma American Express en el año 2004 donde cursó por diversas áreas, direcciones y una vicepresidencia, con un gran recorrido en el banco decide apostar por un proyecto que se encontraba en su nacimiento, en un momento donde necesitaba darle un giro a su carrera.
Por lo que tomó la arriesgada decisión de mudarse a una industria que aún no recibía nombre, y se integró a un equipo encabezado por Adolfo Babatz para transformar la manera de cobrar y pagar en el país.
“Los agregadores fueron las primeras fintech, hace poco más de 10 años y a través de tecnología empezamos a proveer servicios para aceptación de pagos electrónicos”, dijo para Finnovista.
Myriam se unió a Clip en el 2015, una firma especializada en la tecnología de pagos. Esta nacía a la par de la industria fintech, con ello Cosío descubrió y se enfrentó a nuevos retos, especialmente aquellos relacionados con abrir mercado para una startup y liderar un equipo lleno de espíritu emprendedor.
“Ha sido un viaje simplemente espectacular, aprender y entender cómo seguir creciendo un negocio de forma tan acelerada sin perder el foco en el cliente y en sus necesidades, que es lo que hacen todas las fintech y en general las startups”, mencionó Myriam.
Su trayectoria inició en la banca, dentro de la firma American Express en el año 2004 donde cursó por diversas áreas, direcciones y una vicepresidencia, con un gran recorrido en el banco decide apostar por un proyecto que se encontraba en su nacimiento, en un momento donde necesitaba darle un giro a su carrera.
Por lo que tomó la arriesgada decisión de mudarse a una industria que aún no recibía nombre, y se integró a un equipo encabezado por Adolfo Babatz para transformar la manera de cobrar y pagar en el país.
“Los agregadores fueron las primeras fintech, hace poco más de 10 años y a través de tecnología empezamos a proveer servicios para aceptación de pagos electrónicos”, dijo para Finnovista.
Myriam se unió a Clip en el 2015, una firma especializada en la tecnología de pagos. Esta nacía a la par de la industria fintech, con ello Cosío descubrió y se enfrentó a nuevos retos, especialmente aquellos relacionados con abrir mercado para una startup y liderar un equipo lleno de espíritu emprendedor.
“Ha sido un viaje simplemente espectacular, aprender y entender cómo seguir creciendo un negocio de forma tan acelerada sin perder el foco en el cliente y en sus necesidades, que es lo que hacen todas las fintech y en general las startups”, mencionó Myriam.
La técnica de reaprender
Cosío fue responsable de operaciones en Clip y actualmente es Chief External Affairs Officer, la clave fue su inmersión al sector fintech, en un momento en el que no se hablaba de un ecosistema de tecnología financiera en México.
“Ha sido un aprendizaje profundo, cuando llegué a Clip pensé que yo iba a venir a enseñarles a estos chicos lo que era pagos en México y no, gran error. En 5 años aprendí lo que no había aprendido en los 20 años previos. Ha sido una gran escuela”, mencionó Cosío.
La amplia experiencia de Cosío está impulsando al ecosistema fintech en un momento en que definitivamente se deben actualizar los objetivos de todo un sector. Su tarea en esta transformación, también consiste en liderar la Asociación Mexicana de Agregadores de Medios de Pagos (Asamep) para impulsar la inclusión financiera y la digitalización de las finanzas.
“Existe una gran necesidad, una gran oportunidad y claramente para atender todo ello, solo y únicamente a través de tecnología se va a poder lograr. No podemos seguir utilizando los mecanismos anteriores con sucursales y pedirle al cliente que vaya a un lugar físico. Necesitamos entender que la forma de llegar a ellos es con tecnología y las empresas que lo brindan son las fintech”, dijo Cosío.
La sinergia entre lo tradicional y lo innovador
Para Myriam, el futuro del universo fintech además de exponencial tendrá que ser sostenible y de una cooperación mutua con todo el sector financiero en su conjunto.
“Cada vez más, los actores del ecosistema, de banca tradicional y nosotros, entendemos que para crecer juntos y para atender esa necesidad tenemos que hacer alianzas. Así que va a ser un crecimiento para todos y va a ser un ciclo virtuoso espectacular”, explicó.
Parte de esta sinergia se ve reflejada en su vida, en cómo le ha transformado fintech, no solo su visión de un sector, también en su percepción sobre el cambio.
“Creo que en general el ser humano ve el cambio con miedo y no quiere acercarse a él, prefiere el status quo, las fintech demuestran que el cambio no solamente es continuo, sino que es necesario para seguir creciendo y como profesionista eso te hace resiliente”, dijo Myriam.
La resiliencia de la que habla Myriam, es una sobre el aprendizaje que conlleva conocerse a sí mismo, lo que se vuelve vital en un sector que define constantemente sus objetivos.
“Entender que debes tener la capacidad de superarte a ti mismo, si te equivocas no es malo, es otro de los grandes aprendizajes. Equivocarse es parte del proceso de crecimiento y lo importante de ello es aprender qué pasó, corregirse y volverlo a intentar. Si te vuelves a equivocar no pasa nada, recuerda que lo importante es aprender, levantarse y seguir”, explicó.
Como líder, Myriam destacó la oportunidad de tener crecimiento profesional y personal, además de que le permitió entender la nueva forma en que los profesionistas jóvenes ven el mundo laboral, cómo quieren complementar su vida personal y tener un balance de vida más justo, “Así que he aprendido a incorporar ese balance de la vida personal con la vida laboral sin sacrificar ninguna de las dos”, concluyó.
